martes, 4 de octubre de 2011

Cuál es la diferencia entre las Ideas de un emprendedor y las de un niño de 10 años.



Luego de un período de ausencia por estas pistas retomo con algunas reflexiones sobre la relevancia de la idea, que como suelo indicar a veces se transforma en el “encantamiento de la idea” en algunas personas que desean emprender. 
En los últimos meses he tenido muchas charlas con emprendedores, quienes en algunos casos, no pueden salir del círculo (vicioso) del mundo abstracto de los pensamientos. Temores, inseguridades y la cuasi cien por ciento falsa creencia que el activo más grande que poseerá su próximo emprendimiento es la idea.
En una de mis últimas reuniones, y luego de escuchar estas inquietudes, le manifesté a una emprendedora: hasta ahí, no hay ninguna diferencia entre una idea que puede ser desarrollada por ti, que la que puede sostener algunos de mis hijos. En realidad la idea, como he dicho varias veces, también se escribe “ejecución”. 
Es en la implementación donde se protege (si, escucharon bien, aunque mi firma tiene un departamento de IP importante), donde se desarrolla, y donde triunfa. Posiblemente en otras oportunidades escriba unas líneas sobre cómo creo que se protege una idea no con el ocultamiento, sino con el caminar dos pasos delante de lo que ya conté a los demás.
Luego de confrontar a esta emprendedora con la anécdota de mis hijos, un punch movilizador buscado, me quedé pensando en las diferencias. Aquí va un ensayo.
  •   Un niño cree que la idea es un todo. Un emprendedor sabe que es solo una parte minúscula de un proyecto y solo el inicio de una empresa (acción, plan, equipos, carisma, digerir fracasos, etc, etc, etc)
  •   Un niño no conecta la idea con los medios, tiempo y espacio que tomará realizarla. Ej, quiero ser corredor de Formula 1 (como si la idea tuviera vida propia). Un emprendedor sabe que la idea es un proceso y que para que se materialice debe ejecutarla, ser capaz de liderarla y liderar gente, saber esperar, saber fracasar, saber agotar todos los demás recursos materiales e inmateriales para sostenerla (bootstrapping); tener la intención y decisión de arriesgar todo para que vea la luz. (entre otras).
  •  Un niño –salvo FFF (Friends,Family y Fools) no se anima a compartir su idea, tiene tapujos y vergüenza de compartir sus grandilocuentes sueños con desconocidos. Un emprendedor sabe que para salir con éxito del mundo FFF, necesita correr el riesgo de compartir la idea con otros. Aunque esté enamorado de ella como la niña de sus ojos, sabe que tiene un peso relativo y que –es más- es en la fricción con otros donde la idea encuentra un terreno propicio para perfeccionarse.
  • Un niño simplemente cuenta la idea. Allí termina su obra. Un emprendedor sabe que con contarla no será suficiente y deberá mostrar acción para generar credibilidad en otros.
  • Un niño cree que la idea es algo simple, se le ocurren a montones. (quien no tiene niños que traen ideas cada 15 minutos?). Un emprendedor sabe que la idea es algo complejo que necesariamente está asociado al desarrollo de las capacidades técnicas y humanas para ejecutarla.
  • Un niño cree que la idea es inmutable. Puede tener otra, pero es raro que cambie. Una sustituye a otra. Luego querrá ser Bombero, en vez de piloto de Fórmula 1. La sencillez  irresponsable de la formulación, no admite –ni necesita- modificación alguna. El emprendedor conoce que en el desarrollo de la idea abunda la complejidad, y no por ello le escapa. Sabe además que el camino de emprenderla lo puede llevar a sitios desconocidos e impensados en origen. No tiene temor por ello. (cuantos proyectos comenzaron en mente, queriendo ser algo totalmente distinto que lo que terminaron?).
  • Un niño cree que solo hay felicidad en la proyección de una idea. Un emprendedor se prepara para un camino lleno de tensiones, saltos, altibajos y fracasos para los cuales se entrena a aprender y sobreponerse.
  •  Un niño cree que una idea comienza y termina en la formulación. Un emprendedor sabe que la idea empieza en el enunciado pero que la letra chica incluirá demostraciones, fundamentaciones y actuaciones de diverso tipo.
  •  Un niño, no acepta un no. Un emprendedor sabe que debe aprender de los No´s, y que las frustraciones son una fuente inagotable de experiencia y muchas veces adoquinarán su paso (claro, no siempre la misma piedra).

Espero los ayude a reflexionar, hasta la próxima.

Alex


Animación: WardJenkins

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