martes, 2 de noviembre de 2010

Innovación Flow-er Power


"The cry of 'Flower Power' echoes through the land. We shall not wilt. Let a thousand flowers bloom." — Abbie Hoffman, Workshop in Nonviolence, May 1967

Luego de casi dos meses de viajes y mucha actividad que me impidieron hilvanar dos ideas juntas, retomo el hábito de compartir algo con ustedes.

A fines de este agosto, comencé la primera edición del Programa de Formación de Gerentes y Vinculadores Tecnológicos, conocido como GTEC. El GTEC es un programa inédito impulsado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación que conformado por un consorcio de universidades nacionales, internacionales; entidades empresarias y dos fundaciones fue concebido con el propósito de fomentar la construcción de puentes entre el sector privado y el sistema científico y tecnológico nacional para de esa manera facilitar y potenciar los procesos de desarrollo productivo local apalancados en la gestión de la tecnología y la innovación.

En este contexto, quiero compartir algunas apreciaciones interesantes que se dieron en el marco del primer módulo concerniente a la “Economía de la Innovación” y también unas breves reflexiones mías. Allí, tuvimos la oportunidad de escuchar al economista Pablo Levín exponer su tesis de “Capital Tecnológico”, una versión remozada de lecturas históricas sobre la dialéctica del capital, ahora orientadas al territorio de la tecnología y la innovación.

Quizás para futuras entradas, amerite una comparación entre el modelo original de análisis marxista que tuvo como escenario al Estado Westfaliano que operaba en un territorio geográfico contenido por sus límites -un numerus clausus-, con esta versión reloaded aplicada a la tecnología, que inexorablemente debe habitar en un espacio extraterritorial e intangible, en el cual no abundan las claridades conceptuales sino la incertidumbre y la complejidad. En este último caso, para peor, hay más de un actor no solo público sino también privado: convergen soberanos, sub-soberanos, mixtos, híbridos, sovereign wealth funds y privados puros. Aquí hay tela para cortar en futuros posts.

Volviendo al curso, me quedé con una frase representativa, que rezaba más o menos así: “La Innovación solo vale la pena en la medida que sea un vehículo para establecer la Revolución Burguesa”.

Mis pensamientos de hoy, no irán orientados al sustrato de la teoría misma del capital tecnológico o a sus argumentos derivados, los que por otro lado ya han sido también refutados desde la misma teoría marxista. Si quisiera agregar que fuera del mundo de las ideas, la experiencia empírica sobra, ya que como dijo un amigo: Un testimonio vale más que mil palabras.

Sin embargo, una probable referencia a la necesidad de generar una auto-conciencia revolucionaria del innovador, me han llevado a pensar sobre lo que creo es su ADN, sobre el territorio en el que deberá desarrollarse la innovación, y sobre el ecosistema en el cual el ejecutor se deberá desenvolver.

En esta instancia compartiré algo sobre lo que creo es el ADN del innovador, porque considero que el mismo es inocuo para constituirlo en un cuadro de una nueva dictadura, así como también lo veo incompatible para construirse en quijote de una nueva contracultura, y menos aún en un adalid de algún simplismo voluntario de moda o en un abanderado de trasnoche de algún nuevo viento hedonístico. He adelantado mi conclusión.

Veamos: Innovador es quien muda o altera algo introduciendo novedades. De mi lectura y experiencia creativa, así como también desde mi incumbencia como asesor legal y estratégico de innovadores y emprendedores, advierto que el driver del innovador es de alguna u otra manera el servir a los demás.

Entiendo que la pasión es tal, que todas sus energías se consumen en el hecho creativo, no quedando fuerza alguna para construcción jerárquica alguna. De hecho, el pensamiento creativo se genera en un ambiente descontracturado de disrupción y heterarquía. (i)

La tarea del innovador comienza con el reconocimiento del talento propio, y continúa con el derrotero de su ejecución. Siempre tiene en miras la renovación o el cambio de un estado de cosas.

La gracia creativa, está asociada con la edificación de los demás, no con la construcción de un nuevo sistema, tampoco con el posicionamiento propio. Esto último puede ser un condimento, pero en todo soñador “que corona su sueño” he advertido que la visión puntual hacia la contribución colectiva es más grande que sus propias circunstancias.

¿Qué tienen en común la mejora en los procesos asociativos agrícolas en una Bodega, tendientes a que la información sea más transparente entre los asociados; con la rígida investigación sobre nueva variantes de cánceres de útero y sus vacunas; o bien la vinculación entre materiales mecánicos con células madres en prótesis vasculares para que las mismas se fijen en las arterias y no migren; o el desarrollo de un software para limpiar datos, homogeneizarlos y referenciarlos geográficamente; o bien el desarrollo de un páncreas móvil, esperanza de muchos diabéticos?

En todos estos casos la pasión tiene como lubricante el servicio a los demás. Quien innova, crea, emprende, transciende a sí mismo y a su situación. El todo para innovador se agota en el descubrimiento puntual, el cual por otro lado él aprecia como la solución a todos los problemas del mundo. Alguien me dijo una vez: quien descubre su gracia, descubre su lugar.

El actual presidente de la Corte Suprema Argentina, Ricardo Lorenzetti, director de mi primera tesis doctoral, a mi tribulación y como respuesta a mi ansiosa pregunta sobre la elección de un tema de tesis, respondió con un proverbio: Describe tu pueblo y serás universal. Es allí solamente donde creo que hay un sincretismo entre la parte y el todo en el corazón y en la mente del innovador. Su sueño se agota en esa labor creativa.

¿Podría considerarse al innovador un cuadro hacia una nueva dictadura? El innovador es un militante, pero de su obra puntual. Exceder sus límites es además pedirle algo que no tiene, no cree y no puede dar. Y esto, sin entrar en razonamientos sistémicos o complejos. Simplemente, por lo que he visto advierto que no está en la madera del innovador.

¿Podría este ADN constituirse en una contracultura? Descreo. No he visto conducta alguna de un innovador, emprendedor o creativo que busque la exculpación hacia los demás y/o hacia un sistema. Su energía se agota en la construcción de su sueño. No hay lugar para otra cosa, menos tiempo.

¿Podría por último haber lugar para algún tipo de simplismo o hedonismo? Creo que tampoco tienen espacio estas conductas en este caso. La innovación o el entrepreneurship, tienen y requieren un balance entre inspiración y disciplina. Entre teoría y ejecución. Quien innova y emprende comprende que debe haber rigor, humildad en la planificación y un fino equilibrio entre la ilusión y mucha dedicación.

Con los pies sobre la tierra, con reconocimiento de sus talentos y consciente de sus limitaciones y de las imperfecciones de un sistema al cual desea transformar, desde adentro, transpira la camiseta para que su don fluya y para que en esa jornada pueda beneficiar a otros.

Esto es lo que el innovador tiene. Por el contrario, el deseo a una nueva hegemonía, o a un nuevo flower power tech es algo que no posee, ni podrá dar.


Hasta la próxima.

Foto: Photobucket


Notas: (i) Heterarquía es un término que no integra el diccionario de la Real Academia Española pero si la terminología de la Cibercutlura, de la Neurología Cognitiva, y últimamente de la Ciencia Política. El fenómeno de la heterarquía, también denominado red, constituye un sistema para organizar un espacio y un tiempo mediante una asociación de componentes que se auto reconocen como autónomos, auto inventados y autosuficientes. A diferencia de las conductas jerárquicas, aquí no hay poder centralizado, ni un mando unidireccional o vertical. Los elementos autónomos en esta nueva configuración son independientes y cooperan de manera permanente para alcanzar sus objetivos. De hecho, valoran más la cooperación que la competencia ya que conocen que en el modelo competitivo, lo que es ganancia para unos, no lo es para los otros.

Se puede profundizar desde la Cibercultura en “La Heterarquía”. Disponible online en: http://digigel.blogspot.com/2009/05/la-heterarquia.html . Asimismo desde la Ciencia Política, un interesante trabajo de MORALES BARRAGAN, Federico “Los conceptos de jerarquía y heterarquía en el análisis del desarrollo local”. Publicación del Programa de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Mesoamérica y Sureste, un programa del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Disponible online en: http://proimmse.unam.mx/doctos/Morales_UAMI0406.pdf