Días pasados asistí al Palermo Valley Night 21 y tuve la oportunidad de oír de primera mano y de su creador Nicolás Shea más sobre el proyecto Start UP Chile.
Start Up Chile es una iniciativa del Gobierno de Chile por hacer de la innovación una nueva industria distintiva del país, así como también un nuevo motor para el crecimiento institucional.
La cita al Ministro de Economía de Chile en el propio sitio de internet es bastante descriptiva de los propósitos, y de la visión del proyecto:
“Instead of changing the world through revolution, we can change the world through #innovation”
.
—Minister of Economy J.A. Fontaine
Un país con un escenario operacional con contadas capacidades estratégicas globales ha tomado la determinación de confiar en la creatividad y de participar como un player de peso más en el territorio mundial de la innovación. Y además de una forma muy creativa, con un 100 % Give Away.
Como Nicolás comentó, Start-Up Chile es un programa creado por el Ministerio de Economía de Chile, ejecutado por Corfo vía InnovaChile destinado a reclutar world class entrepreneurs para que continúen “bootstrapeando” en el suelo Chileno.
El catch inicial para el emprendedor es la suma de USD 40.000 que se les ofrece no a manera de equity sino de subsidio, con el único condicionamiento de que pasen seis meses en Chile. Meses en los que se avizora y espera ocurran muchas cosas entre las cuales puede ser que el emprendedor tenga éxito y transforme su sueño en una compañía exitosa. Sin embargo, no es lo único que se espera pueda pasar.
Esta iniciativa institucional pretende ser una de tipo win-win, mediante la cual además de los beneficios ofrecidos a los emprendedores y como un spin off de todo el proceso se espera que Chile se convierta en uno de los centros de innovación y entrepreneurship del mundo.
De un lado, 24 emprendedores ya se encuentran participando de esta incubadora informal, quienes intentan continuar en Chile los sueños empezados en otros territorios. Del otro lado, los beneficios proyectados y las externalidades inesperadas pueden ser infinitas, y parecieran haber empezado a ocurrir.
El propio Shea contó cómo su abuelo Irlandés por casualidad recaló en Chile, y se afincó. Las casualidades y causalidades en un mundo hoy más interconectado y sistémico que antes, parecen ser per se un gran atractivo y aliciente del programa.
Otro ejemplo?, un emprendedor de Utah quien trasladó a su familia a Chile, tuvo inconvenientes para poder inscribir a sus hijos en el sistema educativo, el cual no reconocía hasta ese momento al sistema de graduación americano el cual usa letras y no números para calificar a sus alumnos. Final de la historia? Gracias a la intervención de Start Up Chile, se obtuvo no solo la aceptación de los chicos en la escuela, sino también un aggioarnamiento en el sistema educativo.
Fue este un fruto esperado por Shea al momento de proponerle al Ministro esta alocada idea? Probablemente no, aunque en su propio ADN, Shea tiene codificaciones positivas sobre la migración y que se explican en términos de causalidades no esperadas y positivas.
La diversidad cultural per se es altamente positiva, y las tensiones producto del choque entre lo conocido y lo extraño trae muchos beneficios transformadores no solo para el ambiente propio de los negocios.
Sin embargo, Start Up Chile desde lo institucional ofrece mucho más que los 40k que se otorgan a los emprendedores.
Desde mi modo de ver, para el país no se trata solamente de un plan económico o de la simple creación de una nueva agencia gubernamental sino de una herramienta que persigue, consciente e inconscientemente la transformación cultural de un subsistema de promoción a las inversiones y del conocimiento. Esto, para ser breve ya que la contribución marginal de esta loca idea de Shea puede ser mayor.
Para el emprendedor, el dinero es solo la zanahoria que sirve para movilizar a un emprendedor. Detrás y en creación aunque todavía no sistematizada ni incluso verbalizada un sistema informal de sinergias y potencias que otorgarán gran leverage al proyecto personal de estos nuevos inmigrantes tecnológicos.
Volveremos.
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